lunes, 21 de septiembre de 2015

Un mercado más chico, pero vivo y en movimiento

Dr. Marcelo Gallo Sara
El Dr. Marcelo Gallo Sara, Interventor del Registro Seccional Henderson -provincia de Buenos Aires-, continúa ofreciéndonos sus habituales análisis de compartimiento del mercado automotriz en nuestro país. Hoy una nueva síntesis, a la luz del incremento de comercialización de usados difundido el pasado lunes, la variación comparativa de los vehículos pesados, los mercados externos y la contribución del sistema registral a esta realidad económica.

Según datos brindados por ACARA, el pasado mes de agosto se patentaron 54.669 unidades 0km, siendo el acumulado en lo que va del año, de 432.431. Si se compara este número con el acumulado para misma altura del año 2014, adonde se patentaron 502.563 unidades; ello representa una baja del 13,95%. Recordemos que el año pasado se patentaron 683.485 automotores; con lo cual, de mantenerse esta tendencia, se podría llegar a cerrar el presente año en una cifra aproximada a las 600.000 unidades patentadas.
Hasta fines de agosto, la mayor variación negativa se encuentra en la venta de automóviles, con -16,99% patentamientos que el año pasado, en tanto la menor variación negativa en los vehículos comerciales pesados (camiones y buses), donde a esta altura de 2015 se llevan patentados -1,45% que a igual altura del año pasado. 
De todos los vehículos patentados hasta la fecha, el 45% son fabricados en el país, con un crecimiento en la fabricación nacional de vehículos, en relación a agosto del año pasado. Recordemos que el 44% de los automotores patentados el año pasado, eran de fabricación nacional.
Por su parte, y como contracara de lo anterior, la Cámara del Comercio Automotor (CCA), informó que durante el mes de agosto se transfirieron 151.323 unidades usadas, una suba del 12,42% comparado con igual mes del año pasado (134.601 vehículos).

En los primeros 8 meses del año se transfirieron 1.150.833 unidades, un crecimiento del 7,37% comparado con igual período de 2014. De manera que en lo que tiene que ver estrictamente con el volumen de trabajo en los Registros Seccionales, el incremento del movimiento en el mercado de usados, compensa en parte la caída en los 0km; pudiendo certificarse el paso firme con que avanzan las transferencias, como así también la mayor utilización del crédito prendario para la adquisición de unidades nuevas y usadas.

¿Podemos quedarnos tranquilos ante la evidencia de un mercado que, aunque con altibajos, demuestra estar vivo y en movimiento? Depende. Si lo analizamos únicamente desde la óptica del desenvolvimiento en lo inmediato de cada una de las sedes registrales diseminadas por el país, pareciera que los datos conocidos y que aquí se transcriben, son positivos.

Pero los últimos años, afortunadamente, hemos aprendido a mirar más allá “de nuestra nariz”, y debemos necesariamente tomar en cuenta lo que pasa con cuestiones más “macro”, que tienen gran incidencia en lo “micro” que vivimos día a día.
Lo venimos diciendo desde esta columna, vivimos en un mundo globalizado, esto tiene sus beneficios y sus perjuicios. La industria automotriz de nuestro país tiene varios destinos, pero sin lugar a dudas el principal y preponderante es Brasil, que a su vez es el principal socio comercial de Argentina

Pues bien, los patentamientos en Brasil se redujeron en un 23,9% en agosto, en comparación con el mismo mes del año pasado. Brasil registró en agosto, la venta de 207.269 automóviles, utilitarios, autobuses y camiones, casi 65.000 unidades menos que en agosto de 2014 (272.448), según las estadísticas divulgadas por la Federación Nacional de Distribuidores de Vehículos Automotores (Fenabrave).


Esa caída es atribuida por el sector empresarial, a la decisión del Gobierno brasileño de suspender los incentivos fiscales con que permitió una reducción de los precios el año pasado, para estimular a uno de los sectores más castigados en Brasil por la crisis.

La retracción también es atribuida a la propia situación económica de Brasil, que enfrenta una caída generalizada del consumo en un ambiente de recesión económica, inflación en alza, tasas de interés altas y restricciones al crédito.

Sin desconocer la gravedad que implica tener a nuestro principal socio comercial, atravesando esa delicada situación; es justo reconocer que las políticas públicas implementadas en nuestro país, son las que nos han permitido tener un mercado automotor vivo hoy día, al “desacoplar” nuestro país de lo que está pasando en Brasil. Aquí, no solo que no se han suspendido beneficio alguno, sino que se ha aumentado  recientemente el monto a partir del cual se cobra el vulgarmente denominado “impuesto al automotor de lujo”, viéndose favorecidos con la medida oficial muchos modelos de producción nacional.

Asimismo, no se vislumbra una caída generalizada del consumo, el cual se sostiene a buen ritmo; como tampoco un ambiente de recesión económica, ni una inflación en alza, sino contenida; lo que contribuye a evitar la disparada en las tasas. Y como dije más arriba, al menos en lo que a nosotros nos interesa, no existe restricción al crédito prendario, sino más bien todo lo contrario, ya que se ha incrementado en forma bastante notoria su utilización.
Una vez más, creo oportuno exhortar desde esta columna, a cumplir el rol que a cada uno nos toca, de la mejor forma posible. Vemos que hay políticas activas que han permitido desacoplar nuestra actividad, de la crisis que atraviesa Brasil. Quizás no estamos como quisiéramos estar, pero podríamos estar como Brasil, o aún peor… Entonces, ya podrían los fabricantes e importadores, por ejemplo, ver cómo pueden hacer, qué estrategias aplicar, para equilibrar las ventas de automóviles, notoriamente retrasadas respecto de las de camiones y buses, tal se señala más arriba. Ya podrían los fabricantes gestionar nuevos destinos para sus exportaciones, y si fuera necesario, como lo ha conseguido la japonesa Toyota, lograr que el mercado interno absorba la caída de las exportaciones.
Ya podrían los concesionarios que aún no lo han hecho, ajustar los plazos de entrega de los automotores, es inconcebible que en las épocas que vivimos, el cliente deba esperar 4 o 5 meses para que le entreguen el automotor que ha adquirido, y más inconcebible aún, que muchos finalmente decidan no comprar, porque la demora en la entrega los hace desistir. También podrían tener políticas mas activas de venta, salir de los salones para ir a buscar al cliente que todavía no los ha visitado. 
Quienes registramos somos un engranaje más de esta maquinaria, poco más (¡y nada menos!) podemos hacer, que contribuir, como lo venimos haciendo, en forma más rápida y eficiente cada día, con la seguridad jurídica de todo el sistema.    

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